miércoles, 24 de febrero de 2010

NO ME DEJES (¿historias de color morado?)

- Seré la sombra de tu sombra, nunca volverás a verme cuando no quieras hacerlo, te prometo que no lloraré más para no ponerte triste. Guardaré mi dolor dentro de mí. Siempre te seguiré en la distancia, sin cruzamer en tu camino, para que andes lo que quieras, como quieras... y con quien quieras. Te seguiré, sin que tú lo sepas, a cualquier parte que vayas, para ayudarte en lo que necesites, para dártelo absolutamente todo si alguna vez vuelves a querer algo de mí. Para tenderte una mano cada vez que tropieces con una piedra en el camino, para hacerte creer de nuevo que vale la pena levantarse. Aunque no sepas que soy yo la que está a tu lado, aunque nunca me agradezcas que me acerque despacio, seguiré escuchándote, ayudándote a volar otra vez. Porque te quiero, y nunca es demasiado tarde para querer a alguien. Seré la sombra... de tu sombra. Pero por favor... por favor... no me dejes.

No te vayas. Por favor.

- Lo siento. Ya no quiero nada de ti... - alzas la vista y me fulminas con los ojos.

No.

- Por favor, por favor, no volverás a verme, iré siempre detrás, por favor... no hace falta que te marches.

No me dejes ahora, no te metas en esa maldita furgoneta, no enciendas el motor, no dejes que el crepúsculo se funda con tu silueta escapándose por el horizonte.

- Marta, Marta... no llores- lentamente, te acercas a mí y extiendes la mano hacia mi mejilla. Acaricias mi piel, mezclas tus dedos entre mis lágrimas.

- Todavía... ¿todavía me quieres? - sollozo. Sé que es absurdo preguntarlo en estos momentos. Pero necesito saberlo.

- Lo siento, Marta... lo siento. - tu mirada es triste de verdad... ¿por qué lo sientes? Ya no puedo pensar en nada. Nada. Pierdo el equilibrio, y caigo sobre tu cuerpo, sobre la mano que acaricia por última vez mi rostro. Tú me sujetas unos segundos, interminables y fugaces segundos.

No. No me sueltes. No te vayas.

Lentamente, deshaces tu abrazo y yo sollozo desgarradamente, desde dentro de mí, desde mis entrañas, como un rugido de dolor.

- Todavía me quieres. - ya no es una pregunta.

Y tú te giras por última vez hacia mí, y apretando los labios temblorosos, dices que no con la cabeza.

¡NOOO!

- Por favor... -ya no soy yo la que habla... es un hilo de voz que se pierde entre el ruido metálico de la puerta de tu furgoneta azul cerrándose.

Siento que el suelo pierde solidez bajo mis pies. Todo se tambalea ahora...

... todo mi mundo...

Por favor...

... se...

... por favor...

... tambalea.

... no me dejes.

4 comentarios:

Catrina dijo...

Me encanta comentar en los blogs, porque siempre tengo curiosidad por ver la palabra que me toca. Y luego pensar en ella, a veces, aunque son inventadas, algunas me parecen realmente bonitas.

Ahora me ha tocado "ressiop"
..mmm..

Durch dijo...

Comento para dejar constancia de que he leido.

Es que muchas veces leo y no comento nada, pero no quiero que pienses que no te leo.

A mi me ha tocado coconti.

David Nikolalde dijo...

amor...

Unknown dijo...

amor y respiros... distancia...