domingo, 14 de febrero de 2010

LOS QUE CAMINAN LA NOCHE

¿Es una canción un conjunto de notas? ¿Un programa de ordenador repleto de sonidos? ¿Unos monótonos dedos subiendo y bajando por el mástil de una guitarra?
Para mí la música va más allá de eso. Todo lo que consigue transmitirme un sentimiento, todo lo que me lleva a recordar momentos que me gustaría vivir de nuevo (y eso me pasa demasiado a menudo), todo lo que se pega a mi piel e incluso la atraviesa como si la adrenalina fueran agujas ardientes que me obligan a moverme al ritmo de una melodía. Cuando las notas van más allá de esquemas en un pentagrama, cuando toman vida por sí mismas y se dibujan en el aire, cuando te da la impresión de que si alargas el brazo podrías alcanzarlas como las esterllas.
¿Es un concierto un grupo de músicos tocando por dinero? ¿Una masa de gente agitando los brazos con rostros impenetrables? ¿O simplemente con la alegría artificial del alcohol?
Un directo va más allá de lo físico, más allá de que toquen delante de ti. Un concierto es crear de nuevo tu música, compartir con todos tus canciones, y explorar tus propias melodías, cambiando en el último momento un si bemol por un do sostenido, porque en ese momento el cuerpo te lo pide así, porque tus dedos se han movido solos y tú tampoco has querido detenerlos. Un concierto es contagiar al público tu placer, las sensaciones de la música que lo embarga todo con volumen atronador, como una marea que inunda la sala, el estadio o el local vacío, es hacer que la gente se olvide por un momento de todo, aunque sólo sea una fracción de segundo, y se sientan parte de una historia, de unas manos que se mueven a lo largo de un mástil, que todo lo que tengan en su interior sea música, que agiten las manos, unidos todos por la luz de un escenario y reflejos escarlatas que bailan s su alrededor.

Tuve la suerte de sentirme parte de la música en muchas ocasiones, es como si algunas canciones formaran ya parte de mí, como si se hubieran amoldado perfectamente en el interior de mi cuerpo... la melodía que siempre guardaré será Don´t cry, de los Guns ´N Roses. Sensaciones que nunca olvidaré, en Porto, cuando los Stones comenzaron a tocar Satisfaccion y yo me levanté de las gradas y vi a Mick por primera vez de cerca... o cuando en San Sebastián abrieron las puertas del estadio después de doce horas de cola, y todos comenzamos a correr. Por todo el césped había maderas y bolsas, y yo me cuidaba más de esquivarlos que de darme prisa. Entonces vi que la gente a mi alrededor me adelantaba, y como si se hubiera encendido algo en mí, comencé a correr con todas mis fuerzas. Solté todas las bolsas que llevaba y dejé de mirar al suelo, tan sólo al frente y a la barandilla delante del escenario. Cuando me quise dar cuanta, estaba chocando contra ella. A dos metros de los Stones.
Y tan especiales como todos estos grandes grupos son los que todavía no han comenzado a volar del todo, los que todavía no han alcanzado las estrellas, pero que caminan en la noche y la crean ellos mismos. Crean su propia oscuridad, su propio sendero, su propia luz de la luna.
¿Es su música menos importante por ello?
Para responder esta pregunta habrá que hacerse algunas más... ¿acaso su música no transmite un sentimiento? ¿Acaso sus conciertos no consiguen encender algo en ti?
Una canción no es mejor o peor depende de quién la toque, sino de cómo la toque. Una canción ES.

Y hay grupos que, habiendo empezado desde su noche, han creado un camino tan importante que en mi opinión personal lo comparo con la calidad de los Stones, Led Zeppelin o todos los grandes.
Ellos se llaman Skydancer.
Después de caminar la noche, bailarán el cielo.

9 comentarios:

alemii dijo...
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Selina dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
alemii dijo...

Skydancer llegará lejos. ¡TODO ES COMO UN LAGO AZUL!

FELIZ DÍA DE SAN VALENTÍN

Selina dijo...

Gracias por pasarte, claro que llegará lejos... me alegro de haberos contagiado xD

Marla dijo...

Que comentario más bonito me has dejado en el blog *o*


La música es vida,ni más ni menos. Por eso nos emocionamos,gritamos,reímos,lloramos con ella.A veces la tocamos con la punta de los dedos y otras nos atraviesa y se nos mete dentro. Da gusto oírla en directo y que se te ponga la piel de gallina al escuchar en vivo esas notas que te sabes de memoria.Y eso pasa tanto con grupos de los grandes como con los que ahora caminan la noche =)

Por cierto,soy Sarah Aldrin,la de La chica del autobús rojo, desde el otro blog,que estoy vaga para desconectarme >.< Lo digo para que no te quedes: eing? por lo de que me has dejado un comentario bonito jaja

Cilla King dijo...

Me has emocionado y me han entrado ganas de coger a mi grupo y irnos a la jodida calle a tocar para nosotros solos.
No conozco a Skydancer pero les deseo muchisima suerte =) un beso guapisima

alemii dijo...

SELINA!!me has suprimido algo,verdad?¬¬
XD

Selina dijo...

jeje, creo que ya sabes por qué era!! ¬¬

Catrina dijo...

:) (sonrisa)