domingo, 15 de junio de 2014


En circunstancias como esta, cuando todo el mundo se abraza y se despide,
mi madre me habría dicho 
con la voz de un reptil que protege a su familia,
"¿qué pasa, de ti no se despide nadie?",
y yo habría contestado con la voz un poco tenue, restándole importancia,
"está bien, a mí tampoco me importan ellos".

Ahora ni siquiera está mi madre aquí
y yo me hago la misma pregunta que siempre tenía ella en los labios
(¿qué pasa, de mí no se despide nadie?)
aunque ahora que lo pienso
resulta más afilada de lo que creía recordar,

y estar sola
es mucho más desconcertante
cuando no hay nadie a tu lado para decirte
"mira, estás sola",
incluso si es con voz de lagarto.

jueves, 12 de junio de 2014



   Cuando ella estaba conmigo,
   escribía sobre otras mujeres.

   Ahora me ha dejado solo,
   y escribo sobre los árboles.