miércoles, 31 de marzo de 2010


A CAFÉ

A café.
Sabían a café aquellas tardes de invierno.
A gris.
Olían a gris húmedo a través de los cristales.

Rincón donde yo deshacía ante ti
mis problemas y palabras,
anudadas hasta entonces en mi garganta,
y que ahora me parecían tan frágiles y vacías,
sólo con que tú las escucharas.

A lluvia.
Se sentían de lluvia esos momentos,
entremezcladas las gotas con el repiqueteo de un reloj,
una carrera esférica que siempre acababa
demasiado pronto en las agujas.

A humo.
Se desvanecían como el humo las preocupaciones
cuando tú, mirándome con tus ojos grises,
decías que todo iba a salir bien.


A ti.
Sabían a ti aquellas tardes de invierno.
Eras tú su olor, su sentido.
Y tú te desvaneciste con ellas.
Demasiado pronto en el tiempo.


Pero gracias por todos los cafés saturados de azúcar, y por escucharme. Gracias.

HACERTE SÓLO UNA CHISPA

Me gustaría hacerte sólo una chispa de mi cuerpo.
Convertir, de lo que fue un mar, una gota.
De lo que fue un campo devastador, una brizna de hierba.
Estrujar tu inmensidad en algo diminuto agachado en un rincón.
Cuando olvide que tengo que olvidarte,
tu brillo quedará reducido a una sombra
que llevaré sobre mi misma
sin que nunca más vuelva a cegarme.

domingo, 28 de marzo de 2010

NO ES CULPA MÍA


Dices que no esperabas esto.

Pero no es mi problema si has cerrado los ojos hasta ahora.

No es culpa mía si te refugias en la necia oscuridad de la indiferencia.

No fui yo quien te pidió que dejaras las luces apagadas entre cervezas

- ni quien entre gritos silenciosos te rogó que me ignoraras-.


Si esto no es lo que querías

tu maleta ha estado en la puerta desde siempre.

No es culpa mía si no has querido cogerla.


Al llegar a este acorde siempre me siento triste. Siempre se derrama mi mundo, derretido de nuevo por tu esencia escondida en una nota, en una cuerda estremecida por dedos que ya no conozco.
Y yo sigo buscando una manera de escupir tu rostro, de gritar tu cuerpo, de arrancar de mí lo poco que has dejado olvidado a mi lado.

miércoles, 24 de marzo de 2010

ARRANCARÉ LA TIERRA

Apasionadamente, arrancaré la tierra y arañaré las sombras
para encontrarte de nuevo.
Desgarraré el polvo húmedo de tu reposo,
te buscaré con las uñas insaciable,
arrebataré tu calavera blanca a los gusanos y
la besaré mil veces
- como en vida otras mil deseé besarte-
Besaré fieramente tus huesos,
entre los que estalló tu mente,
tus colores, tu poesía, tus palabras,
ambas tus manos alrededor de mi rostro.
Apasionadamente, arrancaré la tierra y arañaré las sombras
para encontrarte de nuevo.
Ni el silencio ni la muerte te llevarán de mí.

domingo, 21 de marzo de 2010

EL MAR ME HARÁ PENSAR EN TI

Sus piernas dejaron de funcionar en cuanto la vio a ella, rendida, en el lecho.
La enfermera se retiró en silencio y cerró la puerta tras ella con un leve crujido.
Él se desplomó a su vez sobre la silla blanca y aferró la mano de Azul, que colgaba ya casi inerte de un lado de la cama. Entreabrió los labios pero el sonido se atragantó en su garganta, enredado en el nudo que aprisionaba su estómago y su mirada.
Entonces Azul abrió los ojos, y observó largamente su rostro, tan cerca del suyo, y sus manos entrelazadas, y cuando él menos lo esperaba esbozó una sonrisa. Una sonrisa como la que había logrado pintarle a él tantas veces en las palabras.
- He venido a despedirme- gimió dejando un trozo de su voz en la herida de su garganta.
Ella asintió levemente y apretó con suavidad la mano que él tenía cogida entre las suyas.
- ¿Crees que podrás olvidarme algún día?- susurró.
Entonces las ganas desgarradoras de llorar que lo sacudían desde dentro fueron casi incontrolables y no le permitieron entreabrir la boca más que para intentar esbozar una sonrisa. Agachando la cabeza, la sacudió enérgicamente varias veces, hasta acabar dejándola caer sobre el regazo consolador de Azul.
- No, Azul, no... no... yo no podré olvidarte nunca. No podré olvidar la manera en la que pintaste mi vida, en la que teñiste todos mis amaneceres de añil y mis tardes de violeta. No veo cómo podría vivir sin ti. Todo será transparente de nuevo. No puedes dejarme, Azul, no... yo... yo no veo cómo podría -y la voz dejó de responderle y se quebró en esa última palabra.
Cuando abrió los ojos de nuevo percibió que su rostro había empadilecido más todavía, y el pulso de su muñeca se había hecho más débil. Temblando, acercó su mano los labios y la acarició.
- ¿Qué... te hará... pensar en mí?
La luz pálida de la ventana se derramó sobre el colchón azul y sobre sus cuerpos estremecidos.
- El mar... el mar me hará pensar en ti. El color del mar, la brisa, su olor como el primer día en el que te conocí. - la imagen de ella corriendo a través de la orilla persiguiendo sus cartas lo invadió haciéndose espuma sobre todo su aguante. De pronto, las lágrimas que había estado reprimiendo todo ese tiempo desbordaron sus ojos y se desplomó sobre ella, sollozando. - Y la lluvia, Azul, la lluvia, como aquel día en el que te dije por primera vez que te quiero. Y los pájaros... los pájaros en el cielo gris me harán pensar en ti.
Y ella escuchaba, y sentía que se desvanecía entre paisajes y sensaciones, y notaba cómo su mano ya no le respondía al intentar aferrar la de él.
- ... y cuando caigan las hojas... las hojas amarillas y moradas, las tardes de tinta y todo lo que me enseñaste a ver. Todo, Azul. Absolutamente todo me hará recordarte siempre.
Y él vio cómo un último detello azul se asomó a sus ojos antes de cerrarlos suavemente con una sonrisa. Azul. Para siempre azul.

ANTES DE QUE SE FUNDA EL ALBA

Brindemos por última vez
(en un crepúsculo abandonado)
y caigamos rendidos sobre la arena;
absorvamos la marea con nuestra sedienta piel... deja que
la noche fulmine el fuego,
escondámonos en la sombra antes de que se funda el alba.

Ahora que todavía queda una gota de
vida en nuestras gargantas,
brindemos por última vez
juntando nuestros labios.
Déjame probar el sabor de tu orilla,
morder el rastro de la marea en tu cuerpo.

Antes de que nos sorprenda la oscuridad del día.

TUS MENTIRAS

Telaraña que tejes con silencios creciendo por las paredes huecas de tu ausencia.
Hiedra ponzoñosa y gris que se quiebra en tu lengua estremeciendo mis oídos y tu paladar.
Mentiras.
Mentiras que siento por tu manera de mirarme, por tus pupilas inseguras temblando inclinadas bajo tus párpados.
Por tu forma de recoger tus manos y tus gestos temerosos y desafiantes a la vez.
Por tu timbre atronador, tu insistente vacío, reconozco cuándo me mientes por cómo tu voz se desliza a través de los cristales empañados.

ARDE EL HIELO

Arde el hielo.
Y de mil maneras la noche se derrama
sobre tus hombros.
Estalla el crepúsculo.
Encaramado en tus mejillas,
sonríe tentador desde tu piel
encendiendo mis caderas.
Nace la batalla
entre el rojo y el negro
que se funden en el horizonte tembloroso
de tu cuerpo.
Se arrastra el sol.
Hacia la ladera montañosa del otro extremo
de tu espalda.
Se rinde el día.
En tu boca asoma el negro de la noche
diminuto y hondo.

Se hiela el fuego.
Cuando en tus pupilas se apagan las estrellas.
Y se rompen el crepúsculo y la noche
en el olvido.

sábado, 20 de marzo de 2010

20-3-1009 Balneario de Mondariz



En el coche comenzó a sonar aquella canción. Pero ella no pensaba que podría llegar a pasar nunca realmente...
Ideas de papel. Ideas que en una sola noche se quebraron con el silencio.

A partir de entonces nunca volvió a pensar en aquello. Intentó verlo a través de un cristal de indiferencia. Sólo a veces se daba cuanta de todo lo que había perdido. Sólo a veces, entre las carreteras verdes de trigo francesas, le inundaba el dolor. Y se ahogaban sus palabras y sólo lo veía a él.
Pero poco a poco, aprendió a inventar el olvido.
Un olvido muy frágil que demasiado a menudo se rompe como las ideas de papel.
Por ejemplo, ahora mismo.

Y de nada sirve el verano azul.

viernes, 19 de marzo de 2010

CUMPLIR UN SUEÑO

Cuando pienso que voy a cumplir un sueño...

Cuando me di cuenta de que todo lo que más había deseado va a hacerse realidad...

Cuando me percaté de que realmente nunca había sido demasiado tarde...

... por primera vez me atrevo a volar alto sin temer la caída.

lunes, 15 de marzo de 2010

Como una cruel verdad, vio su rostro reflejado en la superficie del lago. Su piel marcada por las profundas cicatrices, su mirada perdida y sus pestañas enmarañadas alrededor del verde. No distinguió ya si el el destello de sus pupilas era el brillo del agua o un amago de dolor.
Tan sólo puedo escuchar aquella canción y pensar en ti. Sólo queda eso de lo que fue y de lo que pudo haber sido.

domingo, 14 de marzo de 2010

VEN

Ven.
Ven cuando la caída de las hojas haga que te invada la tristeza.
Ven cuando la lluvia seque la última calle azul.
Ven.
Cuando ya no tenga sentido esperarte.
Ven cuando desde lugares lejanos ya no se escuche el silencio...
Ven cuando las mañanas amanezcan rojas y violetas.
Cuando ya no se espera a nadie, yo te seguiré aguardando con todas mis fuerzas.
Y las hojas, la lluvia, el silencio y las mañanas me harán pensar en ti.
En ese momento...
ven.

martes, 9 de marzo de 2010

TE RECITARÉ EL MUNDO

Para Álvaro

Te recitaré el mundo.
Arrancaré para ti el gemido del amanecer,
el murmullo del viento,
el quejido hondo y silencioso
de las montañas.
Te susurraré al oído el eco,
y el rumor del mar y los minutos,
y depositaré en tus labios el sabor de
una estrella,
o el crujir de los sonidos bajo tu boca.
Te crearé el humo del cielo
o la bruma en el asfalto,
el gris y el naranja centelleando
intermitentes en tu sombra.
Te daré la tierra y los olores,
el sabor del silencio húmedo de mi piel,
el sabor de las palabras,
y el mío.
Te recitaré el mundo.
Al oído, suavemente... para que sólo tú puedas oírlo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

TODAVÍA ME DUELES

Todavía me dueles.
Todavía se me clavan los amaneceres limpios y bemoles en un rincón inconsciente de mí mismo.
Cada vez que percibo una esquina en la acera, ahí estás tú acechándome.
Cada vez que se funde mi sombra con el negro del asfalto, ahí encuentro tu sombra fundiéndose también.
Cada vez que me hundo en el abrazo de otras palabras, allí te siento a ti de aferrándote a mi piel.
Cada vez que me sumergen nuevos ojos verdes, ahí te veo, dulcemente, observándome...
No puedo deshacerme, aunque a veces te sienta muy distante, de todo lo que para mí fuiste, del aire que sólo por ti respiré durante tanto tiempo...

Tal vez camuflada entre recovecos de tiempo, yacerás siempre en mi manera de ser y sentir...

... aunque pasen los años...
... aunque cada día estés más lejos.

Todavía hay algo de ti que me marchita y mata por dentro.

martes, 2 de marzo de 2010

NOTHING ELSE MATTERS...



Me asombra lo importante que se ha convertido para mí esta canción en los últimos tres días... = )