sábado, 28 de noviembre de 2009

EL PATÉTICO MUNDO DE LAS SONRISAS INVENTADAS (¿O DESVANECIDAS?)

En aquella ciudad la piel de la gente relucía bajo el sol. Lanzaba destellos perlados de color blanco. Sus rostros eran ovalados como avellanas, todos ellos tan aterciopelados como el mazapán. Sus ojos dos motas de caramelo reluciente y chillón, como gotas coloridas con una mirada radiante. Todos sus cabellos eran de chocolate. Algunos de ellos cremosos y de un color tostado, otros más temblorosos y pálidos... la mayoría de ellos eran de cacao bruto y oscuro, de un color profundo y surcado por ríos de nata... Eran todos ellos perfectamente empalagosos, perfectamente apetecibles, se regodeaban inocentemente en su explendor. Su boca...
... su boca era rojo apasionado, como las cerezas, sus labios curvados siempre en una amplia sonrisa, radiante, dulce, delumbrente... pero no feliz. Se percibía, casi se podía morder el desasosiego efímero de sus sonrisas, cubiertas de azúcar.
Porque su corazón... su corazón, debajo de sus cuerpos de nubes de algodón y caramelo, envuelto de regaliz... aquella cosa diminuta... su corazón era de hierro

jueves, 5 de noviembre de 2009

MANCHA NARANJA (¿historias de color morado?

-Te dejo- la voz se le quebró en la última sílaba y acabó en un jadeo
Él no se dio la vuelta. Sus hombros no se movieron.
-Te dejo, porque...- se obligó a sí misma a mirar aquel jersey naranja que le daba la espalda- ...porque...- la garganta se secó de pronto y sus ojos se llenaron de lágrimas ardientes poco a poco. Ya no podía hablar. No sería más que un sollozo. Algo que la traicionaría de nuevo. ¿Qué podía decirle? "Te dejo porque tengo miedo, amor, tengo miedo de que me olvides de nuevo, tengo miedo de lo que pasará cuando llegue el invierno y yo me vaya otra vez. Tengo miedo de no poder soportarlo, de quererte demasiado..." - Te dejo porque ya no te necesito...
Agachó la mirada y contuvo la respiración para evitar el llanto. Empezó a mover los pies. No sabía a dónde le lleveban. Sólo distinguió una mancha naranja cuando pasó por delante de él y lo dejó atrás. Se obligó a sí misma a no volverse, a no mirarlo a la cara con ojos suplicantes, rogándole en silencio que la tomara de nuevo en sus brazos y le dijera "no te vayas"

lunes, 2 de noviembre de 2009

ASÍ...

Woodstock, 1969
Elliot Landy

LLUVIA AZUL (¿historias de color morado?)

Si no tuvieras tanta razón, si realmente no me diera cuenta de todos los motivos, sería más fácil intentarlo. De verdad hay otro sentimiento en ti, ¿cómo no percatarse? Es tan obvio y tiene tanto sentido que duele. Porque me doy cuenta de que no mientes, de que realmente tienes razón. Y se me aprieta el estómago y se me hace un nudo violeta en la garganta que no había sentido antes. Y la lluvia pierde su morado y su gris para hacerse azul

ENTONCES, UN DESTELLO (¿historias de color morado?)

Entonces, un destello, y tu rostro surgió de la nada. Yo gemí, hecha un ovillo, y me acurruqué un poco más en la oscuridad