Esta noche estoy solo. Pienso en mi hija. La tinta roja, los papeles se me caen de las manos. Los calcetines tiemblan en mis tobillos gélidos -agujas hirviendo.-
Mi hija de trigo, de verde -crujidos-.
De HCLO3 en silencio.
Sin hacer ruído,
nunca.
Las doce corren sin aliento -frénesis-, no las oigo jadear. El aire frío contra los bronquios al tragarlo. Es un dolor en coma, insípido. Es un dolor mudo e invisible. Porque esta noche estoy solo
y pienso en mi hija.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario