domingo, 22 de mayo de 2011

ENTERRADO EN MÍ

Ayer lloré por los tobillos.
Ayer lloré hacia dentro, bajo mí.
Incomunicada de las miradas de los muebles
lloré con aullidos entrerrados.
Lloré un grito carcomido,
saboreé demolición en vena.

Sin romper ni un solo instante la quietud de la noche,
lloré ese momento en silencio,
y ese masticar de tus palabras en silencio,
y todo lo que en consecuencia calla.

Hacia dentro, bajo mí,
yo me rompí y morí varias veces;
y seguí llorando debajo
con aullidos de perro enterrados.

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