jueves, 19 de agosto de 2010

ANDRÈ

Mereces palabras bronceadas
y azules,
mereces que me acerque a ti
y balbucee algo.
Y no voy a hacerlo.
...
me duele.

Porque no me basta con contemplar
tu figura perfecta
ni tu maraña de pelo enredado
ni tu mirada dulce y
tus labios inocentes.

No me sacia observar
tu manera desgarbada de caminar
ni cómo agitas el aire y el agua,
ni quiero escuchar como tu voz
pequeña, escondida,
asoma a otros oídos
que no son los míos.

Tal vez es muy fácil acercarme a tu cuerpo.
Tal vez no es difícil acercarme a ti.
Pero si no lo es, ¿merece la pena?

No es la primera vez que me ocurre
y espero que no sea la última.

Lo peor de todo es que

que podría funcionar,
y aún así,
tiemblo, me encierro en mis ojos.

Las palabras se acaban
y sólo me queda mirarte.
Tu extraña manera de erguirte,
tu misterioso modo de aislarte.
¿Por qué motivo azul está solo alguien como tú,
Andrè?
¿En qué piensas cuando tus ojos se pierden a través del agua,
a través de mí,
a través de todo?

Nunca te hablaré,
porque no me atrevo
a intentarlo.
Sólo me queda mirarte.
Mirar tus ojos dulces, tu maraña de pelo enredado,
tu sonrisa escondida, tu voz solitaria,
sentir cómo muerdes tiernamente mis entrañas,
ver cómo no me ves,
ver cómo no ves nada,
ver cómo te alejas.

En qué estarás pensando, Andrè,
cuando yo me vaya.
Chico azul de las mañanas.



3 comentarios:

Selina dijo...

Os alegrará saber que finalmente me atreví a intentarlo... lo que hacen las cartas "anónimas" ^^

Durch dijo...

¿Andrè?

Selina dijo...

Es un nombre francés ^^