martes, 10 de agosto de 2010

441

Sólo puedo desearte en silencio,
pero mi silencio grita y arde en llamas.
Y el fuego abrasador quiere quemar mis labios.

El remolino de retuerce en mi interior
y arranca las lágrimas, intentando hayar un poco más de tiempo,
no brotar
todavía a tu cuerpo.

No hay comentarios: