domingo, 21 de marzo de 2010

EL MAR ME HARÁ PENSAR EN TI

Sus piernas dejaron de funcionar en cuanto la vio a ella, rendida, en el lecho.
La enfermera se retiró en silencio y cerró la puerta tras ella con un leve crujido.
Él se desplomó a su vez sobre la silla blanca y aferró la mano de Azul, que colgaba ya casi inerte de un lado de la cama. Entreabrió los labios pero el sonido se atragantó en su garganta, enredado en el nudo que aprisionaba su estómago y su mirada.
Entonces Azul abrió los ojos, y observó largamente su rostro, tan cerca del suyo, y sus manos entrelazadas, y cuando él menos lo esperaba esbozó una sonrisa. Una sonrisa como la que había logrado pintarle a él tantas veces en las palabras.
- He venido a despedirme- gimió dejando un trozo de su voz en la herida de su garganta.
Ella asintió levemente y apretó con suavidad la mano que él tenía cogida entre las suyas.
- ¿Crees que podrás olvidarme algún día?- susurró.
Entonces las ganas desgarradoras de llorar que lo sacudían desde dentro fueron casi incontrolables y no le permitieron entreabrir la boca más que para intentar esbozar una sonrisa. Agachando la cabeza, la sacudió enérgicamente varias veces, hasta acabar dejándola caer sobre el regazo consolador de Azul.
- No, Azul, no... no... yo no podré olvidarte nunca. No podré olvidar la manera en la que pintaste mi vida, en la que teñiste todos mis amaneceres de añil y mis tardes de violeta. No veo cómo podría vivir sin ti. Todo será transparente de nuevo. No puedes dejarme, Azul, no... yo... yo no veo cómo podría -y la voz dejó de responderle y se quebró en esa última palabra.
Cuando abrió los ojos de nuevo percibió que su rostro había empadilecido más todavía, y el pulso de su muñeca se había hecho más débil. Temblando, acercó su mano los labios y la acarició.
- ¿Qué... te hará... pensar en mí?
La luz pálida de la ventana se derramó sobre el colchón azul y sobre sus cuerpos estremecidos.
- El mar... el mar me hará pensar en ti. El color del mar, la brisa, su olor como el primer día en el que te conocí. - la imagen de ella corriendo a través de la orilla persiguiendo sus cartas lo invadió haciéndose espuma sobre todo su aguante. De pronto, las lágrimas que había estado reprimiendo todo ese tiempo desbordaron sus ojos y se desplomó sobre ella, sollozando. - Y la lluvia, Azul, la lluvia, como aquel día en el que te dije por primera vez que te quiero. Y los pájaros... los pájaros en el cielo gris me harán pensar en ti.
Y ella escuchaba, y sentía que se desvanecía entre paisajes y sensaciones, y notaba cómo su mano ya no le respondía al intentar aferrar la de él.
- ... y cuando caigan las hojas... las hojas amarillas y moradas, las tardes de tinta y todo lo que me enseñaste a ver. Todo, Azul. Absolutamente todo me hará recordarte siempre.
Y él vio cómo un último detello azul se asomó a sus ojos antes de cerrarlos suavemente con una sonrisa. Azul. Para siempre azul.

3 comentarios:

casa da poesia dijo...

...qué es poesia?!...

salud!

Catrina dijo...

MAR...

Anónimo dijo...

alicia, es precioso. Ya se que siempre uso la misma palabra,, pero es verdad. Es muy bonito. Pero sabes tambien que pienso? Que para poder escribir algo tan bello sobre algo tan triste tienes que haber pasado por cosas muy malas,, pero también haber sido fuerte y superarlas. Me equivoco?
Me ha dado la vena.. "poética"xd
TEQUIERO!