lunes, 4 de enero de 2010

FUEGO Y CHOCOLATE


Chocolate caliente, humeante
la taza de porcelana arde entre las yemas de mis manos.
Frente a mí estás tú, quemándome con tus ojos abrasadores,
todo es cálido en este rincón tibio, bajo las luces rojas del techo.

Entonces siento tu pie rozándome bajo la mesa redonda,
te miro aturdida y me guiñas el ojo subrepticiamente.
Una oleada de fuego me invade, devastadora.
Tú sonríes.
Ardo.
Me quemas por dentro y por fuera.
Siento cómo se derrite algo en mi interior y agradezco estar sentada.
Los labios me duelen por el deseo de los tuyos encendidos.
No podré resistir mucho más esto y tú lo sabes. Tus chispas me aguijonean.
No juegues con fuego...



2 comentarios:

Durch dijo...

Uhm, subrepticiamente me parece una palabra demasiado rebuscada para este texto,

Selina dijo...

Quizá sí :S también me lo pareció a mí