viernes, 21 de agosto de 2009

COMO PECES EN EL MAR

A veces las personas nos sentimos como peces en el mar, siempre guiados por los aparentemente mismos instintos y costumbres. A menudo nos sentimos los unos iguales a los otros, pequeños e insignificantes.
Hay muchos peligros en el mar. Existen las orcas y los tiburones. Hay pescadores, anguilas y gaviotas al acecho. Pero es a veces el mar quien nos bate y nos hiere. La propia agua que nos da la vida y nos permite respirar, es la que a veces se revuelve contra nosotros, ahogándonos, y no sabemos qué hacer. No nos permite ver la hermosura de la espuma ni de la orilla, pues es la oscuridad de una ola la que nos ciega.
Es entonces, entre el negro y la tristeza, cuando son todos aquellos pececillos, que, a los que como a nosotros, consideramos insignificantes, los que nos ayudan a salir de nuevo a la superficie. Tienen el color, la forma y el tamaño de todos los peces, pero son especiales porque descubrimos que podemos contar con ellos.
A veces las personas nos sentimos como peces en el mar, siempre guiados por los aparentemente mismos instintos y costumbres. A menudo nos sentimos los unos iguales a los otros, pequeños e insignificantes.
Y no nos percatamos, de que realmente,
somos únicos.

Como la espuma más blanca, o la orilla más bonita...

Para mí misma = )

3 comentarios:

Durch dijo...

Maravilloso.

Anónimo dijo...

oh. es k es la cosa mas real k he visto.. peces en el mar..
jo, .. es k
Dios, está muy bien
(Diego)

Catrina dijo...

:) cierto