Qué luz la de aquel día. Qué luz llevaba en mis ojos.
Cuánto hubo de irrepetible.
Qué cantidad de otoños y de viajes
Fue aquel viaje.
Qué luz la de mis ojos.
Qué brillo el de los tuyos, ausentes.
Cómo me llenabas, lejos, de agua.
Cuánto hubo de irrepetible.
Qué triste es todo ahora,
Sucediendo de nuevo.
1 comentario:
No miento si digo que echo de menos este blog.
Y tampoco si te digo que añoro toda la vida de aquellos años.
La libertad virgen,
las alcantarillas del patio,
la confianza de los correos
las olas del parqué...
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